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La Ley de la Segunda Oportunidad cubre la mayoría de las deudas, como préstamos personales, deudas con bancos, tarjetas de crédito e incluso algunas deudas con la administración. Sin embargo, hay excepciones: deudas por pensiones alimenticias, sanciones económicas o ciertas multas no pueden ser eliminadas bajo esta ley. Si tienes dudas sobre tus deudas específicas, te asesoraremos para evaluar tu caso particular.

La duración del proceso varía según la complejidad del caso y la colaboración de los acreedores. En términos generales, el proceso puede tomar entre 6 meses y un año. Durante este tiempo, trabajamos en la negociación de tus deudas y, si es necesario, en la declaración de insolvencia ante un juez. Nos aseguramos de que cada etapa del proceso se gestione de manera eficiente para obtener el mejor resultado posible.

Si te enfrentas a dificultades para pagar tu hipoteca o alquiler, existen varias soluciones legales para protegerte, como la reestructuración de la deuda, la negociación con tu banco o la suspensión temporal de los embargos. En casos extremos, la Ley de la Segunda Oportunidad también puede ayudarte a cancelar parte de la deuda hipotecaria. Te ofrecemos un asesoramiento especializado para que encuentres la solución más adecuada según tu situación.

En muchos casos, la Ley de la Segunda Oportunidad te permite conservar tus bienes esenciales, como tu vivienda habitual, si puedes seguir afrontando las cuotas hipotecarias. Si no es posible, se puede negociar una solución para que los acreedores no embarguen tu patrimonio personal o encuentren un acuerdo más favorable. Nuestro equipo estudiará tu situación para proteger al máximo tus bienes y alcanzar el mejor acuerdo posible.